La empresa italiana Vengari SpA creó un Joint Venture ("JV") con la empresa francesa Gonier SA para la producción de bienes en un segmento común de sus respectivos mercados. Para lo anterior, ambas empresas debían actuar como proveedoras del JV. Ya en marcha, el JV tuvo un rendimiento significativamente inferior al esperado y Vengari creyó que esto era el resultado del incumplimiento de las obligaciones de Gonier conforme a lo pactado en el contrato de JV. Según las estimaciones de Vengari el incumplimiento de Gonier resultó en una pérdida de 15 millones de euros, misma que debía ser compensada. Por su parte, Gonier opinaba que el bajo rendimiento del JV era el resultado de circunstancias económicas impredecibles y que, por lo tanto, no podía ser considerada responsable por el decepcionante desempeño del JV.
Discusiones previas al juicio
El contrato de JV contenía una cláusula de resolución de controversias, así como una cláusula de elección de leyes y jurisdicción.
La cláusula de resolución de controversias obligaba a las partes a que primero intentaran resolver cualquier controversia de forma amistosa, incluida la remisión de la negociación a los más altos ejecutivos de las empresas. Si estos esfuerzos fracasaban, el acuerdo preveía la posibilidad de que una parte solicitara mediación, misma que la otra parte estaba obligada a considerar, sin estar obligada a aceptarla. Sólo entonces, si todos estos esfuerzos fracasaban, una parte podía iniciar un procedimiento de arbitraje en París como medio exclusivo para resolver las controversias.
Vengari intentó resolver la controversia amistosamente de acuerdo con la cláusula de resolución de controversias, pero al poco tiempo quedó claro que las posiciones de las partes eran tan divergentes que no se lograría alcanzar una solución satisfactoria. El CFO de Vengari pidió al General Counsel de la empresa que estimara un presupuesto para el litigio, ya que le preocupaba invertir más dinero en un JV que se había convertido en un generador de pérdidas. Basándose en una estimación inicial, el General Counsel llegó a un presupuesto de 1,2 millones de euros que consistía en los gastos de arbitraje, honorarios y gastos de abogados, honorarios de expertos, gastos de traducción entre otros costos. Además, informó al CFO que una sentencia desfavorable podría resultar en una orden de pago de las costas legales de la contraparte hasta un total de 0,9 millones de euros. Por lo tanto, el costo del litigio podría, en el peor de los casos, ascender a 2,1 millones de euros para Vengari.
El acuerdo de financiación del litigio
Vengari buscó una solución para reducir los costos, gastos e incertidumbre relacionados con el litigio y concluyó que el financiamiento de un tercero podría ser la mejor solución para el problema. En este sentido, Vengari celebró un acuerdo de financiamiento del litigio en el que se disponía que: i) el financiador pagaría todos los costos asociados con el litigio, sin limitaciones; ii) el financiador pagaría los costos de la parte adversa en caso de que Vengari perdiera el caso; iii) la empresa pagaría al financiador una participación del 30% del producto o resultado del litigio. Además, se acordó que el financiador coordinaría el desarrollo y conclusión del litigio y al mismo tiempo proporcionaría actualizaciones periódicas a Vengari y solicitaría instrucciones y autorizaciones para cada decisión importante que se tomara en el litigio.
Vengari deseaba conservar los servicios de sus asesores legales de cabecera, mismos que el financiador aceptó, sujeto a llegar a un acuerdo económico para llevar el litigio a su conclusión. El financiador utilizó su experiencia y capital para obtener un cálculo de daños preciso, con base a la experiencia que ha acumulado a lo largo de años de participación en grandes acciones de recuperación de inversiones, y así demostrar las pérdidas sufridas por Vengari y el vínculo causal con el comportamiento de Gonier en violación del contrato de JV. El financiador también recurrió a un renombrado experto económico para que actuara como testigo experto en el caso. Cada nombramiento de un proveedor de servicios externos fue siempre aprobado por Vengari. Los abogados de Vengari estaban satisfechos de que el financiador actuara en una función de coordinación y apoyo, de manera que los abogados pudieran centrarse enteramente en la elaboración de argumentos jurídicos, la redacción de escritos judiciales y la representación de Vengari en las audiencias orales.
Arbitraje y arreglo
Después de que se instaló el panel de arbitraje y las partes intercambiaron varias rondas de escritos, las partes iniciaron conversaciones para llegar a un acuerdo extrajudicial. Por parte de Vengari, el General Counsel de la empresa, los abogados y el financiador tomaron un rol activo en las dichas discusiones. Las discusiones duraron casi un año, pero finalmente llegaron a un acuerdo según el cual Gonier aceptó pagar 9 millones de euros de compensación por su conducta, además del 60% de los honorarios que Vengari debía a su financiador (es decir, 1,6 millones de euros de un total de 2,7 millones de euros). Por lo tanto, la recuperación neta de Vengari fue de 7,9 millones de euros. En total, tomó cerca de 3 años para resolver la disputa.
El acuerdo de financiamiento no sólo eliminó la incertidumbre financiera para Vengari, sino que también redujo el impacto del litigio en sus operaciones diarias, ya que el financiador desempeñó un papel activo en la gestión y coordinación del litigio permitiendo a Vengari enfocarse en sus actividades principales.